Y no hay deseos de explicarle al universo ese sentimiento singular porque el verdadero amor no está concebido para explicarse.
Una persona que admiro y respeto me dijo un día que el amor no se rompía. No se rompía ni de tanto usarlo, sencillamente, porque a los amores verdaderos no hay fuerza capaz de hacerlos desaparecer. Pueden aparentemente quedar rotos, pero un día vienen los recuerdos y tenemos que admitir que tuvimos un amor. Alejados, desaparecidos físicamente, prohibidos, criticados, estigmatizados, envidiados, fieros, inexplicables… pero fue amor.
Mientras escribía alguien me sugirió dejar el tema para el día de Los Enamorados. La idea me pareció genial, tener la columna preparada para ese día: pero Aries al fin, me dije “ Para el amor no hay mañana. Para recordarle a la gente que se decida a amar de veras, no hay más día que hoy, para complacer a tantos lectores que me piden el tema, no hay espera. Hoy 19 de julio también puede ser la fecha ideal.
Cada día nos despoja del ayer y nos reserva la oportunidad de amar más y mejor. Quiero decir amar con entrega, amar sin miedo, amar con respeto al amor.
El amor no calcula una visa, un puesto en la sociedad. No busca confort material. Eso es ofender el sentimiento. No olviden que la inteligencia sin amor nos hace perversos y que en la vida sí se sale a buscar el amor, se desafía ante los prejuicios, se busca en las subastas y hasta ofrecemos más por ese, ese que quiero para quedarlo, guardarlo, atesorarlo y sonreír cada mañana de satisfacción porque me acompaña, pero hasta el fin de la vida tuya o mía.
Pasa con el elegido como con los buenos amigos, que con sólo decir una palabra encienden la ilusión y los rosales. Que con sólo sonreír nos invitan a viajar por otras zonas, nos hacen recorrer toda la magia, que con sólo dar la mano rompen la soledad.
Hoy quiero que, tal como yo, disfruten este AMOR MAYÚSCULO que he tomado de Internet para ustedes.
“Un hombre bastante viejo buscó una
clínica para hacer un curetaje en su mano herida manifestando mucho apuro
porque estaba atrasado para un compromiso.
Mientras era tratado el joven médico
quiso conocer el motivo de su prisa y él le dijo que necesitaba ir a un asilo
de viejos a tomar el café de la mañana con su esposa que estaba internada allá
hacía mucho tiempo.
Su esposa sufría del mal de Alzeimer en
estado bastante avanzado.
Mientras terminaba el curetaje el
médico le preguntó si su esposa no se
preocuparía por el hecho de llegar con retraso.
No…ella ya no sabe quien soy. Hace cinco
años que ella ya no me reconoce.
Intrigado el médico le pregunta: “pero si
ella ya no sabe quién es usted por qué esa necesidad de estar con ella todas
las mañanas.
El viejo sonrió, dio una palmadita
en la mano del médico y le dijo: “Es
verdad, ella no sabe quien soy, pero yo
sé muy bien quien es ella”.
Mientras el viejo salía apurado a tratar de cumplir con su cita, el
médico pensó: “Esta es la calidad de
amor que me gustaría tener en la vida.
Entonces, algo muy dentro te sensibiliza
y piensas en como hay verdaderos amores
que no se detiene a escoger un físico, un romanticismo perfecto.
El
verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de todo lo que el
otro fue, de todo lo que será.”
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